Día 2
Después de un delicioso desayuno en el Hotel, le recogeremos para realizar un extraordinario recorrido de medio día por Lisboa, la capital de Portugal. Lisboa es considerada la “ciudad de la luz”, debido a sus casi nueve horas de sol al día, y se construyó sobre siete colinas, con vistas al océano. Esta ciudad combina, de manera armoniosa, tradición y modernidad, siendo también famosa por sus calles curvas, empinadas y sinuosas, por los antiguos tranvías amarillos y por sus pintorescas casas con techos de color naranja ocre. Durante este recorrido, descubriremos las plazas y monumentos más importantes de Lisboa: el barrio histórico de Belém, cerca de la Torre de Belém, y el Monumento a los Descubrimientos. Este lugar es una oda a la edad de oro de los descubrimientos portugueses y un lugar de orgullo, historia, revolución y poder. Luego, visitaremos la Iglesia del Monasterio de los Jerónimos, el ejemplo más impresionante del arte manuelino, y el Museo de Carruajes (en portugués, “Museu Nacional dos Coches”), que alberga una de las colecciones más bellas y ricas de carruajes del mundo (Los lunes, estas visitas serán reemplazadas por la visita al Palacio Nacional de Ajuda).
En el centro de la ciudad, podremos contemplar el imponente Castillo de San Jorge y disfrutar de la hermosa Plaza del Comercio, una de las mayores plazas europeas, otrora el Palacio Real de Portugal. Después, llegaremos a Alfama, uno de los barrios más antiguos y auténticos de la ciudad, lugar de rincones, esquinas y calles estrechas. En el regreso a la Plaza Marqués de Pombal, podremos contemplar las bellísimas plazas del Rossio y de los Restauradores. Al entrar en la Avenida de la Libertad, podremos observar la versión lisboeta de los parisienses Campos Elíseos, bordeados por edificios antiguos, teatros y grandes tiendas de lujo. Regreso al Hotel. Tarde libre. Alojamiento en Lisboa.